La prensa basura

jueves, 30 de diciembre de 2010 by Nacho Martín
No sería algo muy atrevido decir que corren malos tiempos para la televisión. La tan comentada "televisión basura" campa a sus anchas por el espectro de canales de nuestra TDT. Sin embargo, hay algo a lo que no se hace tanta referencia, y es el periodismo basura de la prensa tradicional.

Cada vez más, los medios escritos generalistas (no quiero hablar de los deportivos, cuya decadencia creo que ha tocado fondo), así como sus ediciones online, abusan de portadas catastrofistas, titulares sensacionalistas y contenido superficial. No he tenido más que darme una vuelta por algunos de estos medios para rescatar algunos ejemplos, que podéis ver pinchando los enlaces anteriores. Sin ir más lejos, podéis visitar ahora mismo la web de elmundo.es , en la que puede leerse como el Gobierno subirá el salario mínimo interprofesional "cuatro cafés".

Otra de las prácticas que más me saca de quicio es la de sugerir fuentes sin señarlarlas directamente. Es decir, yo digo que alguien me ha dicho esto, pero no digo quién. A mí esto me suena directamente a una burla y una tomadura de pelo para los lectores. Un buen ejemplo se puede encontrar en este artículo de elplural.com, donde se dice “Y es que nos hemos precipitado pensando que esa empresa (Demoscopia y Servicios) era solvente, objetiva y profesional, cuando en realidad se trataba de una tapadera”, señala a este periódico un destacado líder del PP manchego." ¿Qué dirigente? ¿Cuándo y dónde se realizó esa declaración? Al faltar estos datos, para mí fundamentales, se está haciendo un juego malicioso al lector, que si pone en marcha su mirada crítica podrá sospechar, con fundamento, que la cita y la fuente son inventadas.

Y, para mí, el desprestigio que se está ganando la prensa es culpa de los propios periodistas. Han de plantarse de una vez y decir que el periodismo no se hace así. Que no todo vale para vender periódicos, y que el rigor y la ética profesional están por encima. Esos mismos periodistas, que se dejan pisotear por los políticos acudiendo en masa a ruedas de prensa donde no se permiten preguntas, son los que tienen que levantar la voz para volver a poner a su profesión en el lugar de prestigio que se merece.

Las televisiones autonómicas, esos "panfletos" políticos

martes, 28 de diciembre de 2010 by Nacho Martín
La tan proclamada mejora de la calidad de la televisión tras la llegada de la TDT ha sido un fiasco total, si hablamos estrictamente del contenido y no de la calidad técnica. Pero, antes de que la televisión digital fuera una realidad, ya se producía un fenómeno que ha continuado con ella, y es el control abusivo que ejercen los gobiernos de las Comunidades Autónomas sobre la línea editorial de sus respectivos canales públicos.

Conozco de primera mano los sangrantes casos de Telemadrid (con sus debates "plurales" y sus sabotajes a las huelgas, entre otras lindezas) y Canal 9. Pero parece que tampoco se salvan Canal Sur, TVG o ETB. No parece de recibo que unas cadenas de televisión que corren a cargo del ciudadano sirvan objetivos políticos, sean del color que sean. Estas televisiones deben estar al servicio de la ciudadanía y ofrecer contenidos plurales y la información más objetiva posible.

Los puestos de máxima responsabilidad de los entes autonómicos públicos deberían estar ocupados por profesionales de reconocido prestigio en la profesión que hubieran demostrado su independencia, y siempre con el acuerdo de los grupos parlamentarios de las respectivas Asambleas autonómicas. No es normal que, con cada cambio de gobierno, se sustituyan a personas que eran unos grandes comunicadores para unos y los más manipuladores para los otros.

No es el ejemplo perfecto, pero sin duda el camino que ha tomado TVE en los últimos años debería señalar las pautas a seguir al resto de televisiones públicas, que han de recordar que lo que son es un servicio público y, como tal, se deben a los ciudadanos y no a los políticos.

Los cinco presidentes que están deseando que acabe 2010

lunes, 27 de diciembre de 2010 by Nacho Martín
Un año más se nos va. Un 2010 que ha venido marcado, desde su nacimiento, por la crisis económica global. Pero no sólo ésta ha sido su única desgracia. Y bien lo saben los protagonistas de este artículo. Y es que, hay al menos cinco mandatarios de las democracias occidentales que quieren que acabe ya este 2010, su particular annus horribilis, para pasar página e intentar que no se les recuerde por lo que ha acontecido durante este periodo.

- Barack Obama: Comenzó el año con el peso y la responsabilidad de haber obtenido unos meses antes el Premio Nobel de la paz, pero sus esfuerzos por avanzar en este terreno no han sido satisfactorios. Pese a anunciar el retiro de todas las tropas norteamericanas de Iraq en 2011, la situación del país asiático no es mejor que al terminar la guerra. Algo parecido ocurre en Afganistán, donde la situación dista mucho de ser la que se imaginó su predecesor George Bush al iniciar la ofensiva. Además, sufrió el gran varapalo de perder las elecciones legislativas, la midterm election. Por último, su intento de poner fin al conflicto palestino-israelí está en la cuerda floja y nuevas tensiones en la zona podrían hacer que este nuevo esfuerzo diplomático del presidente Obama fracasara.

- Georgios Papandreou: El primer ministro griego comenzó su mandato anunciando las cuentas que el anterior gobierno había ocultado y que mostraban al país al borde de la bancarrota. Papandreou tómo una serie de medidas de austeridad que fueron criticadas tanto por la Unión Europea, por quedarse cortas, como por la ciudadanía griega, que organizó una ola de huelgas generales y manifestaciones en contra de las medidas. El dirigente griego confía en que lo más difícil de su mandato ya ha pasado y ya sólo le queda remontar.

- Nicolas Sarkozy: Medio mundo se puso en contra del presidente de la República francesa cuando decidió expulsar a centenares de gitanos rumanos del país. Su imagen internacional cayó en picado. Pero también la de dentro de su propio país, donde ha tenido que sufrir más de una decena de huelgas generales por sus medidas contra crisis y, en especial, por el aumento de la edad de jubilación de 60 a 62 años. Todas las encuestas ponen de manifiesto la disminución de su popularidad en Francia, corroborada por las derrotas en las elecciones regionales de marzo, donde sólo pudo ganar en tres de los territorios.

- Brian Cowen: El Taoiseach irlandés ha pasado su peor año desde que llegó al poder en 2008. La complicada situación económica de Irlanda ha hecho que ya sólo uno de cada cuatro irlandeses confíe en él para salir de la crisis. Ha sufrido dos mociones de censura y perdido el apoyo gubernamental del Partido Verde irlandés, lo que le ha obligado a convocar elecciones en 2011. El mes pasado, Cowen anunciaba que Irlanda se veía obligada a solicitar la ayuda del Fondo de Estabilización Financiera europeo, para tratar de salir de la peor situación financiera del país desde su entrada en la Unión Europea.

- José Luis Rodríguez Zapatero: El Presidente del Gobierno español quiere dejar atrás un año en el que el paro llegaba por primera vez en 13 años al 20%. Sus medidas anticrisis, que incluyen fuertes recortes sociales (como la supresión de la ayuda a desempleados sin ingresos, la congelación de las pensiones o el facilitamiento del despido) hicieron que los sindicatos mayoritarios convocaran una huelga general que, sin paralizar el país, tuvo un éxito relativo. Todas las encuestas apuntan a un descalabro electoral del PSOE en las próximas elecciones generales y Zapatero empieza a dejar entrever que no volverá a presentarse, poniendo en primera línea a Alfredo Pérez-Rubalcaba.

¿Pañuelo en la cabeza? ¡Y un jamón!

sábado, 25 de diciembre de 2010 by Nacho Martín
Me comentaban el otro día que, en un colegio concertado próximo a donde vivo, una niña de unos 12 años solía asistir regularmente con una shayla musulmana a clase. Un día, la dirección del centro decidió hablar con los padres y transmitirles que esa prenda estaba prohibida por las normas del colegio. Los padres dijeron que lo comprendían y todo pareció solucionarse. Pero, al día siguiente, la niña volvió a aparecer con la cabeza tapada. Al demandarle su profesor que se la quitara, ésta se negó, y fue enviada a dirección. La directora le volvió a insistir en que la shayla, el pañuelo o cualquier prenda que le ocultara la cabeza estaba prohibida, pero la niña siguió en sus trece y se negó a quitársela. Al decirle la directora que tendría que sancionarla si persistía en su comportamiento, la niña cogió su teléfono móvil y, ante la mirada perpleja de la directora, llamó a la Policía Local y les dijo que estaba siendo acosada por el colegio donde estudiaba y que quería denunciarles. Llamó también a sus padres. La policía se personó en el centro y tomaron nota de lo ocurrido, aunque finalmente no se formalizó ninguna denuncia.

Al contar esta historia, que seguramente haga que os venga a la mente el reciente caso del profesor que fue denunciado por un alumno musulmán por hablar del jamón en clase, quiero hacer ver que el problema de que se planteen estas situaciones es que no hay una legislación clara al respecto. Se está a lo que establezca la normativa interna de cada centro.

Todas estas desagradables situaciones podrían ser arregladas con una ley que establezca taxativamente que debe estar prohibido cualquier símbolo religioso en centros educativos de titularidad o con subvención pública, tanto por parte del mismo centro (la famosa visibilidad de los crucifijos) como en la vestimente del alumnado. Si los padres desean que sus hijos puedan educarse en su fe, tienes dos opciones: llevarles asiduamente a su centro de culto más cercano o bien pagar de su bolsillo un centro privado que imparta la educación religiosa que deseen.

La religión, como fenómeno humano, puede y debe ser estudiada en los colegios. Pero ninguna confesión puede tener ningún trato especial en los centros educativos que obtengan dinero público de un Estado aconfesional. Sólo así podremos centrarnos en progresar con nuestros programas educativos y dejar de distraernos con problemas que no serían tales si se cortara por lo sano en el tema de la religión en las escuelas públicas.

El silencio de Zapatero. El mutismo de Rajoy.

viernes, 24 de diciembre de 2010 by Nacho Martín
Estamos viviendo durante los últimos meses una situación extraña (casi esperpéntica) sin precedentes en nuestra democracia. Los líderes de los dos mayores partidos de nuestro país no hablan. No se les ve por la tele, no arman polémicas entre ellos, dejan a sus lugartenientes que tomen la palabra... en fin, no quiero decir que no estén ahí, pero sólo hace falta comparar la situación que vivimos con la de la pasada legislatura a estas alturas, donde el tono era de mucha más crispación.

Zapatero está siendo criticado por esconderse detrás de Rubalcaba para ponerle en la primera fila de la más que probable sucesión. Rajoy, mientras España es desbordada por la crisis, con más de cuatro millones de parados, y el Gobierno pierde su apoyo progresivamente, no es capaz de hacer una sola propuesta.

Las razones para ambos silencios parecen estar claras. Rajoy se sabe seguro ganador de las próximas elecciones. La consigna es "no hablar para no cagarla", y es que la última vez que hizo una propuesta en una materia importante (la posible derogación de la modificación del Código Civil que permite el matrimonio homosexual) las encuestas para el PP bajaron varios puntos. Así que, cuando se le pregunta cuál es su modelo en algún ámbito (economía, empleo, salud...) se limita a no responder o, si no, a decir que el suyo será un modelo como el de Cameron, el de Merkel o el de Sarkozy. Ni una idea propia.

Mientras, el Presidente sabe que su tiempo se ha agotado. Las encuestas son demoledoras y sabe que no puede ganar unas nuevas elecciones generales. No quiere perjudicar más al próximo candidato. Rubalcaba tiene que estar en primera línea, pero quemándose lo menos posible, para tener alguna posibilidad. Por eso su viaje a Afganistán en vez de la otrora presidenciable Chacón, o los intentos que seguramente vendrán para poner fin a E.T.A. antes de acabar la legislatura.

Así pues, estamos viviendo un tiempo en que los secundarios se convierten en protagonistas. Y esto, no está del todo mal, porque uno de los actores principales ya está muy viejo políticamente para seguir actuando, y el otro, simplemente, nunca fue un buen actor.

Felices fiestas de invierno

jueves, 23 de diciembre de 2010 by Nacho Martín
Atendiendo a nuestro calendario para el año 2011, son festivos los siguientes días:

* 1 de enero – Año Nuevo
* 6 de enero – Epifanía
* 22 de abril – Viernes Santo
* 1 de mayo – Día del Trabajo
* 15 de agosto – Asunción de la Virgen
* 12 de octubre – Fiesta Nacional de España
* 1 de noviembre – Fiesta de Todos los Santos
* 6 de diciembre – Día de la Constitución
* 8 de diciembre – La inmaculada
* 25 de diciembre – Navidad

De los diez feriados (sin contar los días propios de cada localidad y Comunidad Autónoma), seis tienen carácter marcadamente religioso, concretamente católico. A éstos habría que añadir otras festividades que suelen celebrarse en nuestro país, como el día de San José, el Corpus Christi o el Jueves Santo.

En una sociedad multicultural como la española, y cuyos convencimientos religiosos han ido evolucionando a lo largo de las últimas décadas, parece que ya no tiene demasiado sentido celebrar oficialmente de manera estatal ninguna fiesta relacionada con algún culto. ¿Es más importante para la sociedad española la asunción de la Virgen que, por ejemplo, la aprobación de la Declaración Universal de los Derechos Humanos? Sería muy bonito celebrar ese 10 de diciembre, que tan importante ha sido para la humanidad.

Por supuesto, el hombre es animal de costumbres y esto no puede hacerse de manera inmediata, pero ir introduciendo festividades civiles paulatinamente en lugar de las religiososas parece un paso que debemos dar para avanzar en el sostenimiento de un Estado aconfesional, tal y como marca nuestra Constitución.

El error Sinde

miércoles, 22 de diciembre de 2010 by Nacho Martín
Finalmente ayer, y contra el pronóstico de las últimas semanas, la Disposición Final Segunda de la Ley de Economía Sostenible, conocida como la Ley Sinde, fue rechazada en la Comisión de Economía del Congreso, con los votos en contra de todos los grupos parlamentarios excepto del PSOE.

Éste ha sido el mayor varapalo que ha recibido la Ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, desde que tomara posesión de su cargo allá por abril del año pasado, en sustitución de César Antonio Molina. Su predecesor ya había sido muy criticado por sus posturas en favor de las asociaciones de creadores, pero la llegada al Ministerio de la que había sido Presidenta de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas, a la vez que guionista y directora, auguraba un escenario aún peor, que se plasmó en esta desfachatez de ley.

El poner al frente de un Ministerio a una persona que es parte interesada de la legislación que pretende aprobar es un error político mayúsculo. En primer lugar, porque va en contra de toda ética política y profesional. En segundo, porque no conviene echar leña al ya muy vivo fuego que es la pésima concepción de los ciudadanos con su clase política. Y, por último, porque es una máxima política y legislativa que las personas directamente afectadas por un hecho concreto no deben entrar a legislar sobre el mismo. ¿Se imaginan ustedes a las víctimas del terrorismo promulgando las condiciones penitenciarias de los etarras? ¿O a los padres de niños asesinados al frente del Ministerio de Justicia para aprobar la pena de muerte para los mismos? Es, de todo punto, inadmisible.

Por ello, el presidente Zapatero debería plantearse si quiere sacar a toda costa una ley tremendamente impopular para la ciudadanía, pese al coste de perder aún más votos en las próximas elecciones, tan sólo por contentar a un lobby que, no por ser más poderosos que la mayoría de los ciudadanos que nos quejamos, son más importantes.


Comeback

by Nacho Martín
Después de un verano que se ha alargado demasiado, os escribo para comprometerme desde aquí a actualizar este blog periódicamente, sacando un huequecito cada poco tiempo para teneros al tanto de mis impresiones sobre los temas de actualidad.

Disfrutadlo y, recordad, todos vuestros comentarios son bien recibidos.

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