La desinformación ante los movimientos populares en EEUU

domingo, 27 de febrero de 2011 by Nacho Martín
Cientos de miles de personas se han manifestado durante las últimas semanas en los estados de Wisconsin, Ohio e Indiana para protestar contra los recortes sociales y de derechos sindicales que se han estado produciendo en estos territorios de Estados Unidos. No hay sido algo de un día, ni tampoco algo espontáneo. Los trabajadores de estos estados se han unido para realmente plantar cara a las leyes ultraconservadoras que tratan de cercenar derechos básicos en el ámbito laboral y sindical.

¿Conocías algo de esto? Probablemente si tus medios primario de información son los informativos de televisión y los periódicos clásicos, tu respuesta habrá sido no. Y es que, en los medios de comunicación tradicionales. estos movimientos de trabajadores reclamando sus derechos no han merecido ni un mínimo de atención. Ahora mismo, podéis pasaros por las portadas de la sección Mundo o Internacional de las páginas web de El Mundo y El País y tan sólo podréis encontrar una pequeña nota en esta última web, con información incompleta y que no menciona las manifestaciones ni la unión de los trabajadores, así como que tampoco las protestas se hayan extendido por otros estados más allá de Wisconsin.

Así pues, os dejo unos cuantos enlaces para que podáis informaros de la situación y saquéis vuestras propias conclusiones:

- Cámara baja de Wisconsin aprueba Ley Antisindical.
- La rebelión de Wisconsin
- Vídeo: El pueblo de Wisconsin protestando en la Cámara estatal.
- Las protestas obreras de EEUU se extienden a Ohio.
- El levantamiento, también presente en Indiana.

Ya no hay excusa

lunes, 7 de febrero de 2011 by Nacho Martín
La izquierda abertzale hará público el próximo miércoles los estatutos de lo que pretende ser su nuevo partido, con el que poder presentarse a las próximas elecciones municipales y forales. Sin embargo, dos de sus dirigentes, Rufi Etxeberría e Iñigo Iruin, ya han hecho públicos los puntos claves del mismo.

Hay dos lecturas fundamentales: van a condenar la violencia de E.T.A. y lucharán por el reconocimiento y la reparación hacia las víctimas. Son dos pasos que, no por imprescindibles, dejan de ser importantísimos. Las exigencias que el mundo democrático ha reclamado a la izquierda abertzale durante tanto tiempo van a ser cumplidas, sin subterfugios ni trampas.

Yo, en su día, apoyé con reservas la Ley de Partidos. Es cierto que se trata de una ley de dudosa categoría moral y política, al estar específicamente pensada para un sólo colectivo. Pero no es menos cierto que la sociedad no entendía que un partido que se escudaba en la violencia pudiera tener representación parlamentaria y gozar de dinero público.

A la izquierda abertzale no se le puede pedir menos que a los demás partidos. Pero tampoco más. Si cumplen la Ley de Partidos, no debe haber ninguna triquiñuela política ni judicial para dejarles fuera. Si las personas que se presentan no tienen nada que ver con E.T.A. ni con otros partidos ilegalizados, no hay razón que lleve a pensar que no podrán presentarse a las próximas elecciones. El partido que nazca con estos estatutos no lo hará ilegalizado, por lo que la pelota estará en el tejado del Gobierno y de la Justicia española, que deberán dar un paso valiente y demostrar madurez democrática para certificar que es justo, necesario y normal que un partido que se ajusta a la legalidad se presente a las elecciones.

Las dictaduras árabes y la condescendencia occidental

martes, 1 de febrero de 2011 by Nacho Martín
Estamos viviendo durante esta semana una oleada de movimientos populares contra los regímenes dictatoriales en varios países árabes, tanto africanos como asiáticos.

El hartazgo de la población, por muy espontáneas que hayan sido las revueltas, no debe sorprender a nadie. Ben Ali llevaba 24 años presidiendo Túnez antes de que la población acabara con su mandato. Hosni Mubarak lleva 30 años gobernando Egipto con mano de hierro, con su hijo al acecho de sucederle, aunque parece que sus privilegios en el país africano están a punto de acabar. Podemos hablar también de Gadaffi en Libia, o de la dinastía alauita en Marruecos.

Pero todos estos regímenes tiránicos tienen algo en común: han sido y siguen siendo sustentados por las democracias occidentales. Estados Unidos y la Unión Europea han apoyado con su silencio, unas veces, y con acuerdos comerciales y de otra índole, a todas las dictaduras árabes. Ha habido que esperar a que la marea egipcia fuera ya incontestable para que Hillary Clinton y Barack Obama hayan hecho declaraciones a favor de la democracia en el país. La UE, mientras, sigue intentando adoptar una posición común, como si apoyar la democracia fuera algo sobre lo que hay que discutir. Otros países, como Israel, directamente no ocultan sus verdaderas intenciones e insisten en el apoyo a Mubarak.

Y, en estos apoyos, España juega un papel fundamental en su condición de país vecino de uno de estos regímenes, el del Reino de Marruecos. Un país que no sólo subyuga a sus compatriotas, sino que mantiene en régimen colonial a otro pueblo, el saharaui, que se ve impotente tratando de sacar adelante una lucha en la que muchas veces parece que están solos y que dura ya demasiado tiempo.

Sólo un apunte más de hipocresía: el bloqueo económico de Estados Unidos sobre Cuba dura ya más de 50 años. ¿Quién bloqueó a Marruecos, Siria, Arabia Saudí o Túnez?

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