Aunque no quiero escribir demasiado sobre deporte en este blog, hoy es uno de esos días en los que me veo obligado. Ayer el país vivió una gran fiesta tras clasificarse la Selección Española de fútbol para las semifinales del Mundial. Fue un momento único y, al menos en Madrid, se vivió muy intensamente, arropado por las celebraciones del Día del Orgullo Gay.

Y hoy, una nueva alegría. El monstruo Rafa Nadal ha vuelto a demostrar por qué es uno de los mejores deportistas españoles de la historia. Ha conseguido su segundo título de Wimbledon y su octavo de Grand Slam. Ya sólo la dura pista de Flushing Meadows se le resiste, esperemos que por poco tiempo. Ya está a la altura de gigantes del tenis como Andre Agassi, Ivan Lendl o Jimmy Connors, y superando a otros como Mats Wilander y John McEnroe. Además, se ha asegurado terminar el año como número 1, por segunda vez en su carrera (ya lo hizo en 2008). Los únicos límites que tiene son los que le impongan las lesiones.

LikeATweet:E Intereconomía reclamando suprimir la fiesta del Orgullo...¡salid de vuestro armario a celebrarlo!
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